Fue a finales del siglo XIX cuando se empezaron a diseñar los bulevares de Madrid, para dotar a la Ciudad de una serie de modernas vías de comunicación. Se trazaron sobre las antiguas rondas que corrían próximas a la cerca, que en 1625 mandara construir Felipe IV para rodear Madrid, está cerca tenia diversas puertas de acceso.
En la actual glorieta de Ruiz Jiménez fue donde originariamente estuvo ubicada la puerta de Fuencarral, una de las cuatro puertas de la ciudad.
Puerta de Fuencarral 1860
La calle Alberto Aguilera, recibe su nombre del político, abogado y periodista valenciano que fue varias veces alcalde y gobernador de Madrid. Anteriormente esta calle se llamaba paseo de los Areneros y era parte de la antigua ronda que delimitaba la ciudad por el norte. Más allá sólo había campo y el quemadero de la inquisición.
Cuando en el año 1869 se derribó la cerca y se hizo la urbanización y explanación de toda esta zona, se descubrió que en algunos cortes del terreno afloraba una viscosa capa de betún grasiento y negro. Era sin duda procedente de la consunción de cientos de cuerpos carbonizados por el fuego purificador del brasero inquisitorial. Por tal motivo, se dio a la calle que de la glorieta sale el nombre de Carranza, en honor a Fray Bartolomé de Carranza, famosa víctima del Santo Oficio, cuya inocencia fue reconocida al cabo de los años.
El primer edificio fue el Hospital de la Princesa, en la esquina con la calle San Bernardo y la Glorieta de Ruiz Jiménez.
En el centro de la glorieta la escultura de Lope de Vega inaugurada el 5 de junio de 1902. En este lugar permaneció hasta que en 1908 se desmontó para ser reemplazada por el monumento dedicado Al Pueblo del Dos de Mayo. Al fondo, en la esquina de Alberto Aguilera y San Bernardo, el Hospital de la Princesa con la fachada posterior a la reforma de 1875 y su distribución en pabellones independientes
El 20 de diciembre de 1851 nació la primera hija de la reina Isabel II, la Infanta Isabel Francisca de Borbón, a la que, como heredera del trono, le fue concedido el título de Princesa de Asturias. Poco después, el 2 de febrero de 1852, la reina sufrió un atentado a manos del cura Merino. Días después, el 11 de febrero, la reina solicitó al presidente del Gobierno, Juan Bravo Murillo, la construcción de un hospital al cual se le diera el nombre de "Princesa" en honor a su hija y como acción de gracias por haber salido ambas ilesas del atentando. De esta manera el 16 de octubre de 1852 se puso la primera piedra del futuro hospital, situado en la actual calle de Alberto Aguilera (denominada Paseo de Areneros hasta 1903). El hospital fue inaugurado cuatro años y medio más tarde, el 24 de abril de 1857. Fue derribado a mediados del siglo XX.